lunes, 10 de octubre de 2011

Fragmento de "Autobiografía de un hombre sin importancia"







LA ALEGRÍA ES LA ÚNICA SOMBRA BAJO EL SOL DE LA EXISTENCIA


La noticia era helada. Sentí frío, mucho frío. El invierno se adelantó en mi cabeza, y no podía soportar con eso. Me fui en busca de unas botellas ¿Quién puede pelear contra la naturaleza? Quince días después me encontraron entrando a un hotel cerca del centro. Iba con una hermosa mujer, eso fue lo que me dijo un amigo, porque ahora que pienso en ella y quiero recordar su rostro, no puedo hacerlo. Parece que su imagen esta prohibida a mi recuerdo, y que no es necesario recordarla, que no es necesario pensar en ella.

-¿Y como era? Descríbemela. Le dije

-Es la mujer más hermosa con la que te he visto. No podía creer que eras vos, aunque desde que te vi sabía que eras vos, no se como explicártelo, o ella era una tipa fea, como todas las tipas con las que salís, pero como no era fea, Dios me perdone por mencionar esa palabra y estar hablando de ella, entonces no podías ser vos ¿O te ganaste el premio? Era una cosa o la otra

-Que putas, se lo gano un pendejo, yo no tengo nada de dinero, solo recuerdo que la tipa arreglaba una llanta de su carro, me acerqué para ayudarle y al terminar, me dijo que por lo menos aceptara un trago como pago por la ayuda. Le dije que no, que lo dejara así, me dijo que no despreciara su bondad. Le dije que aceptaba por no despreciar su bondad, pero que si despreciaba el trago que me ofrecía. Sonrió, solo recuerdo su sonrisa, así como la del gato de Cheshire. Y luego me monté a su auto. Partimos del lugar, se metió a una tienda de licores y entró al auto con varias botellas preguntándome de cual quería. En tono de broma le dije que las quería todas. Sonriéndome me contestó:

-Ludwing, estas botellas son para vos, y si queres, podes compartirlas conmigo

-¿Como sabes mi nombre?

-Vos escribiste un cuento que me gustó sobremanera

-¿Que cuento?

-“El perrito que reía”

-¡Ah!, si… “el perrito que reía”

-Mi esposo lo leyó, y me dijo – Al fin leo algo de ver en un diario hondureño. Me lo enseñó, lo leí, lo volví a leer y lo leí otra vez. Ese día al acostarme recordé las imágenes, recordé la adorable descripción del perrito. Su olfato sobrenatural, La forma de mover su cola, la irresistible manera de pegársele a las personas, su manera de ladrar. Y al día siguiente llevé el diario al trabajo, antes de bajar del carro lo leí otra vez. Terminó el día y lo leí de nuevo, se me estaba volviendo una obsesión la lectura de tu cuento. Hasta tuve la absurda idea que el perro de ese cuento sería mi mascota. Entonces anduve con el diario por todos lados, por todas partes adonde iba. Y cuando alguien notaba que siempre lo cargaba y me preguntaban el por qué, les decía – Es mi mascota, un perrito encantador, solo que para conocerlo deben leerlo. No es como los otros perros, no se deja ver porque es un perrito muy tímido. Mis amigas se alejaron de mí cuando les salía con esas cosas, solo unos pocos amigos me entendieron, es lo que creo. Pero si se alejaban de mi o no, no era algo que me afectara, porque cada vez que leía tu cuento, me sentía consolada, sentía la compañía de un ser tierno y adorable. Y aparte, no tenía que estar limpiando las cochinadas del animalito. En fin, tu perrito era la mascota que siempre había deseado. Averigüé quien eras, donde te llevabas, por que calles pasabas y entonces cuando te vi que venias caminando dos cuadras atrás, aproveché a pararme y fingir que mi llanta estaba mala, pero como vos andas tan tomado, no te fijaste que la llanta no estaba mala, pero eso no importa ¿Vamos a tomar o no?

Y tomamos, tomamos y después el recuerdo se me fue ahogando entre trago y trago. De lo poco que recuerdo, es que la tipa me alababa, y me daba las gracias por haberle regalado una mascota tan encantadora sin antes haberle preguntado si la quería. Sin duda la tipa estaba loca, sin duda me subí a ese carro porque estaba muy borracho. Pero sin duda bebí todo lo que quise, y sin gastar un cinco. ¿Sabes que fue lo peor? Y eso si lo recuerdo, aunque sea un poco. Un día de esos quince días que anduve con ella por todos lados, un tipo llegó al bar donde estábamos, ella me tenía de la mano, él me saludó muy amenamente. Hablaron sobre la biblioteca de Alejandría, y el tipo le decía a la mujer que habían encontrado en la casa de un escritor español una gran parte de esa biblioteca en su casa. Y que el tipo, antes que la policía le confiscara los libros, por esas mierdas de la UNESCO y todo ese rollo, se comió unas hojas de uno de los libros perdidos de Aristóteles, y ahora, el tipo ese, anda escribiendo una nueva poética, que la RAE utilizará para que los poetas se rijan por ella de ahora en delante. La RAE y sus pendejas, vos sabes. Eso no es lo importante, luego el tipo le dijo a la mujer que le enseñara su mascota, ella sacó el diario de su bolso, el tipo leyó el cuento. Reía cada diez segundos y pasando sus dedos sobre las hojas como quien los pasa sobre el lomo de un perrito decía – Buen perrito… buen perrito. Y se despidió de ella con un beso en la boca. Le pregunté quien era y me dijo que era su esposo. Me quise ir, vos sabes que no juego en esas ligas, pero su mano me sostuvo, -No te preocupes, él es quien me da el dinero para que pueda salir con vos. No te preocupes, él nunca se enojaría porque me acueste con vos. De hecho, él se siente orgulloso que su mujer salga con alguien como vos, con un gran escritor como vos. Seguí tomando y después de eso no recuerdo nada. Las imágenes se me han ido escapando, los recuerdos me han abandonado. Y luego vos que me viste, por suerte, para sacarme de las garras de esa loca. Pero sabes lo bueno, olvide las penas que me aturdían, bebí lo que hubiera bebido si hubiera ganado el premio. Pero sabes lo bueno, que fui feliz por unos momentos. Que fui feliz en medio del invierno que se me había anticipado. Eso es lo bueno, sabes, eso es lastimosamente lo único bueno.


Fragmento de la novela de Ludwing Varela que muy pronto saldrá a la luz, y no se extrañen, esta novelita, viene de las tinieblas.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Zaz




Es una banda francesa con un toque urbano y folclórico francés, tiene buena calida música, sobre todo por el contrabajo y las voalizaciones de la chica, en términos de letras es a veces dulce y otras un tono saccástico que no molesta sino que más bien invade,

lunes, 4 de julio de 2011

Mínima apreciación sobre la crítica hondureña

Léase la antología, de D. Rómulo E. Durón, Honduras literaria, donde realmente, hay mucho que no es literatura.”Menéndez Pelayo

Sin duda alguna, hay veces que el intelectual hondureño, o mejor dicho el estudioso hondureño, (que ya esos dos términos llevan mucha distancia entre si) al tratar los temas de la literatura de nuestro tierra, pecan de patriotas, y adulan, ya sea inconsciente o consciente mente  escritos “literarios” de muy pobre calidad. Hay en nuestros días pocos estudiosos de las letras en nuestro país, pero a pesar de su reducida cantidad, son los que muestran a los lectores, con su punto de vista crítico, mas no por eso sincero, la nueva literatura que adorna las librerías nacionales. Cabe decir, que son muchos los libros que están en esos mismos estantes y no por eso son literatura. Entonces, hablando de los estudiosos, a los que en general se les llama “críticos” tenemos figuras que con arduo trabajo se han dedicado años y años a la investigación literaria de las letras hondureñas, pero realmente no han indagado con verdadero énfasis literario al estudio de los textos de mayor relevancia, ya que también han dedicado parte de su tiempo, ya sea a leer, a consultar, a comparar, o hacer biografías de la gran mayoría de malos autores que publican las barbaridades que salen de su pobre imaginación y de sus pobres lecturas, aunque también encontraremos casos de otros, que por leer mucho, creen que tienen la facultad de escribir bien y los libros de estos, llegan a ser peores que los que no tienen el menor conocimiento de las buenas letras.

Hago esta introducción, porque hace unas horas al leer “Historia de la poesía latinoamericana” del Doc. Menéndez Pelayo, me encuentro con su punto de vista en oposición al de él Doc. Rómulo E. Durón. Cuando nuestro estudioso comienza a hablar del padre Reyes en las pastorelas, publicadas en 1905, se pueden leer estas apreciaciones; “Hombre de extraordinario talento” “Poeta inspirado y dulcísimo” “La antorcha de su genio…” “Privilegiada inteligencia” “Cerebro luminoso” “Artista delicado y genial” “Poeta inspirado y excelso” “Su alma fue una simbólica lira” “…Primores artísticos reveladores del más exquisito y depurado gusto literario” y se podrían encontrar más buenas referencias adulatorias sobre Reyes, pero con las antes puestas aquí, creo son suficientes para notar la pasión que ponen algunos estudiosos en los pocos autores que tenemos, o por lo menos en la época del Padre Reyes, pues eran poquísimos o casi nulos los hombres de letras que el pueblo había coronado con laureles. Entonces es cuando se comete el error de levantar a lo sumo a un poeta de mediana medida, como lo fue nuestro Buen padre Trinidad Reyes. Si el peso de su pluma hubiese sido del mismo peso de su alma, tendría un busto a la par del buen fray Luis de León. Con esto no digo que Reyes fue un mal poeta, porque comparándolo a otros de su tiempo, tampoco podría mentir y decir que sus pastorelas o sus composiciones satíricas o burlescas, no tenían algo en lo cual un buen lector podría complacerse al leerlas. Pero hay que ser claros, porque la transparencia en estos casos sirve para que las posteridades no caigan en las trampas de la historia, y así pueden saber que lo que es negro es negro y lo que es blanco es blanco. Si alguien lee al Marques de Santillana, a Fray Luis de León, Lope de Vega, a Góngora o a Garcilaso con sus églogas, sabrá de inmediato, que la obra de estos hombres es sumamente superior a la de nuestro buen padre Reyes. Y repito, no obstante, esto no quiere decir que para nosotros no sea significativa.

Cuando un hombre de la envergadura de Menéndez Pelayo hablaba de literatura, se sabe que lo que decía es los más cercano a un punto de vista objetivo. Y para no hacer más largo este pequeño articulo, que a lo mejor me hará ganar el desprecio de algunos hombres de letras que no creen en un mejor futuro literario que el de nuestro pasado, pondré ante sus ojos los  puntos de vista del señor Pelayo.

Cuando Pelayo habla sobre la literatura de Honduras comienza con estas líneas. “En Honduras, donde la literatura colonial no había llegado a manifestarse por falta de imprenta, floreció a mediados del siglo XIX un poeta de relativo mérito y original carácter, cuyo nombre casi ignorado fuera de los limites de aquellas República hasta estos últimos años, ha tenido un renacimiento póstumo con la edición de algunas de sus obras y de los importantes estudios biográficos que se le han dedicado. LLamábase este varón docto y piadoso. Fr. José Trinidad Reyes” Si se hace hincapié en los pocos adjetivos que Pelayo le impone a Reyes, podemos ver que tienen más peso los que hablan del hombre, en su forma de ser, que los que se refieren a su labor literaria. Y más adelante, Pelayo continua con otras apreciaciones; “Fue modelo de virtudes sacerdotales” Siguiendo con las apreciaciones de el modo de ser de nuestro buen hondureño. Continua diciendo…“Predicador fervoroso y elocuente, principal educador de la juventud de su país” “Espíritu amable y benévolo”. Ahora cuando comienza a hacer su trabajo de crítico, (Que es lo que a ustedes les ha de interesar) dice lo siguiente; “Poseía algunas dotes poéticas, aunque sólo se mostraron aventajadamente en un género lírico dramático, que tiene verdadera originalidad en la literatura americana…” pero termina esta frase con líneas casi aniquilantes “… y muy rancio abolengo en la peninsular” Y para ahondar mas en el asunto, continua con lo siguiente; “Estas pastorelas no son otra cosa que la interesante prolongación, en pleno siglo XIX, de los viejos Autos de Navidad, cuya existencia en Castilla consta desde el siglo XIII, y de los cuales ya en el siglo XV se encuentra algún ejemplo anterior a Juan de Enzina. En él y en todos los primitivos autores de nuestro teatro abundan” Y nos continua diciendo… “Nos parece evidente, que su autor conocía a Lope, pero no creemos que hubiese llevado más allá sus investigaciones” Queriendo decir que nuestro poeta, de haber conocido la obra completa de Lope, que sin duda, ya se había recopilado en esos días, habría sabido de inmediato que lo que él hacía con sus pastorelas no era nada genuino. (Léase de Lope, Las Pastorelas de Belén) Más adelante continua con su punto de vista critico el señor Pelayo “Las pocas composiciones liricas que he visto de Reyes (Y habla de todas las pastorelas) son inferiores a la medianía…” Y así continua, como quien tiene para el final de su critica algo mas que decir, algo que se tenía guardado para cerrar su punto de vista. Y como ejemplo nos deja esta ultima afirmación devastadora; “ Sus himnos patrióticos son verdaderamente detestables. Para muestra basta un botón:”Qué de males

"¡oh América! Te hizo
El osado Colón al hallarte!
Oh! Si al cielo pluguiese a otra parte
Su funesto bajel conducir"

 Es entonces, que puede decirse que el patriotismo es capaz de cegar a las personas con mejor visión. Pero no obstante, y para terminar estas líneas de criticas y de críticos con diferentes puntos de vista, hay que pensar en lo siguiente; Cuando un critico hace un estudio de un autor de su patria, la frialdad debe ser la herramienta a utilizar para dar las apreciaciones más justas, porque si no, habrán otros críticos, de mayor envergadura, que saldrán a la defensa de la verdad, aunque todos ha de preguntarse ¿No es la verdad de la critica la verdad más subjetiva de todas?

lunes, 23 de mayo de 2011

Muere el premio Nacional de literatura Roberto Sosa


Son las 11 de la mañana del 23 de mayo del 2011, y Sosa desplegó sus alas hace algunas horas, para cruzar la línea de este mundo donde los pobres son muchos. Sosa, quien fue distinguido con muchos premios, entre ellos; el “Adonais” en España, con su poemario “los pobres” siendo el primer latinoamericano en obtenerlo, el “Casa de las Américas” en Cuba con su libro “Un mundo para todos dividido” y el premio nacional de literatura de este país, entre otros. Sosa, criticó fuerte y sinceramente la sucia sociedad en la que le toco vivir y así se ganó el rencor de algunos grandes y el respeto de su pueblo, quien ha sabido valorarlo y engrandecerlo. Yo lo recuerdo como un hombre fuerte y con valor, sobre todo con valor, porque a pesar de dejar a la luz “Sus secreto militar” en aquellos años que la injusticia era el pan de cada día de nuestra tierra (No obstante hoy es tan similar como ayer) me contó una tarde que no se quebró ante ciertas circunstancias que le afrentaron, que no se doblegó cuando el rector de la universidad donde hoy será llevado su cuerpo, en aquellos días le echó, por tener la palabra grande y sincera, fuerte y afilada. Hoy los diarios de muchos países y los principales diarios del país tienen la noticia entre sus páginas. El grupo literario “Mascara suelta” quien debe su nombre a su legado poético, hoy esta de luto y da su sincero pésame a su esposa e hijos.

miércoles, 27 de abril de 2011

El abuso de la nada

Hay quienes como estúpidas ovejas envidiosas tratan de hacer cualquier tipo de cosas banales para llamar la atención como la oveja negra. Hay algunas que hasta se atreven a pelear con el lobo, pero terminan muertas y no solo eso, también terminan ridiculizadas. Hay en la carrera de letras una persona que encaja perfectamente en el papel de la oveja que he mencionado, y sin duda alguna para calmar los nerviosos nervios de ese individuo, debe saber que no morirá, que lo del lobo es solo una metáfora (porque ni eso a de entender) pero eso sí, sin duda alguna, terminara ridiculizado como la ridícula oveja. Bueno, para seguir, podríamos hablar del individuo con otro nombre, porque lo importante es que nadie se dé cuenta de quién hablo, y entonces lo llamaremos "narrador hondureño". Este narrador hondureño, quien se hace llamar "presidente de la carrera de Letras" -(¿o lo es? para mi no, para la mayoría de la carrera tampoco) a tratado de ablandar el duro camino por el que se ha guiado, lo digo porque es la mayoría de alumnos de la Facultad de Letras, los que se burlan y hablan de la lástima que produce el "narrador hondureño" Y yo me apunto a esas filas, y la mayoría de mis amigos de este blog y la mayoría de compañeros de clase, y la mayoría de personas que entran en esa facultad nos reímos de las historias y de las aventuras del pobre desventurado. Por eso, no me enoja cuando alguien así, con una vida tan insípida y llena de burlas y de solamente llena de auto-elogios trate de callar mi voz y mi palabra sacándome del blog de mi carrera. Yo no necesito el blog de mi facultad para ser escuchado. Vos necesitas todos los micrófonos del mundo, todas las revistas, todos los libros, todos los oídos, todos los arrastres e hipocresías, y yo , oveja negra de este rebaño, solamente necesito hablar.

domingo, 27 de febrero de 2011

Poemas de Arseni Tarkowsky


Arseni Tarkowsky fue un prominente poeta de la lengua rusa, más conocido en este lado del mundo por ser el padre del cineasta Andrei Tarkowsky; sin embargo su obra se destaca como una de las más importantes del siglo XX en los países de habla eslava.

Nació en Elisavetgrad, Ucrania (entonces parte de la URSS) en 1907, hijo de una madre rusa, Maria Rachkovska, y un de padre polaco, Aleksander Tarkowski, quien era actor y anarquista. Se trasladó a Moscú en 1924 donde trabajó para un diario de ferrocarriles llamado "Goduk" que escribía editoriales en verso. Entre los años 1925 a 1929, estudió en el intitulo literario de Moscú, allí conoció a Maria Ivanova Vishnyakova, la madre de su hijo. Durante los años siguientes, se dedicó a hacer traducciones de poetas turcos, árabes, georgianos y armenios. En la segunda guerra mundial, fue corresponsal del diario "Boevaya Trevoga" (Alarma de guerra) y recibió heridas que la causaron una gangrena que estuvo a punto de costarle la amputación de su pierna, pero sólo sufrió amputaciones graduales de ésta. Debido al férreo control que el stalinismo había tenido sobre la vida intelecual rusa y a que se daba mayor importancia a las obras de realismo social que a las de vanguardia, la mayor parte de su poesía fue publicada a partir de 1962, después del cambio de Premier y la apertura del régimen soviético. Arseni murió en mayo de 1989, ese mismo año le fue otorgado postumamente el premio nacional de literatura de la U.R.S.S.

Sus obras son:
  • Antes de la nieve (1962)
  • Terrenal a la tierra (1966)
  • Mensajero (1969)
  • Versos (1974)
  • Día de invierno (1980)
  • Selección de poemas (1982)
  • Poemas de años diversos (1983)
  • De la juventud a la vejez (1987)
  • La luz bendita (1993)
  • Obra seleccionada (1993)
Su poesía todavía tiene pocas traducciones al español y la mayoría de ella fue publicada en revistas. En esta entrada recopilamos algunos de sus poemas:



La casa de enfrente

Demolieron la casa de enfrente.
Los inquilinos se fueron contentos.
Llevando consigo sofás, ollas, flores,
Espejos torcidos y gatos.
El viejo miró la casa desde el camión,
Y sintió que el tiempo lo atrapaba,
Todo se quedó así para siempre.
Entonces surgió el descontento,
Un polvo seco comenzó a brillar
Lento mientras caía la noche.
En la casa quedaron sueños, recuerdos,
Esperanzas perdidas y deseos.
Demolieron todo, se llevaron los troncos.
Pero los fantasmas del pasado
De ahí no se alejaron ni un paso
Y le cantaron de nuevo al cerezo.
Bebieron vino blanco en las bodas,
Iban al trabajo y al cine.
Trasladaban ataúdes en toallas,
Se prestaban, unos a otros, dinero,
Dormían en colchones de bruma
Y arrullaban a sus primogénitos,
Mientras la áspera encía de la máquina
Lamía sus arcillas roñosas,
Y en una pata, como sobre una “T”,
La grúa giraba y giraba.


Primeros encuentros

Cada momento de nuestros encuentros
celebrábamos como una epifanía,
solos en este planeta. Fuiste
más valiente y más ligera que el ala de un pájaro
bajando la escalera de dos en dos,
como vértigo, llevándome a través
de lilas mojadas a sus predios,
al más allá del espejo cristalino.

Cuando llegó la noche tuve la gracia,
se abrieron las puertas del altar,
en la oscuridad resplandecía
y se reclinaba lentamente la desnudez.
Y yo, al despertar, decía: “¡Bendita seas!”
porque sabía que era audaz mi bendición.
Tú dormías, pero las lilas de la mesa
se disponían a tocar tus párpados
con el azul del universo circundante,
los párpados, tocados por el color azul,
estaban muy tranquilos, tu mano cálida también.

En el cristal pulsaban tantos ríos,
montañas humeaban y mares despuntaban,
tenías en tu palma un globo cristalino,
estabas durmiendo en el trono.
¡Dios sagrado! Tu eras mía.
Te despertaste para transformar
el léxico de la humanidad,
y al habla colmaste
de fuerza sonora, y la palabra "Tú" mostró su nuevo significado: Zar.

En el mundo se ha transformado todo,
incluso cosas tan sencillas como el jarro y la palangana,
y el agua dura y laminada
estaba de guardia entre nosotros.

Algo nos llevó al más allá.
Nos cedían paso, como espejismos,
ciudades construidas por milagro,
la menta, cual alfombra, se acostaba bajo nuestros pies,
los pájaros seguían nuestra larga ruta,
los peces subían el río
y el cielo se abrió ante nuestros ojos...
El destino nos siguió celoso
como un loco con navaja afilada.


El bosque de Ignátievo

Las brasas de últimas hojas en total inmolación
suben al cielo y en este camino
el bosque entero se está sulfurando,
igual que tu y yo en el último año.

En tus ojos, de lágrimas llenas, se ve el camino,
arbustos reflejados en estuario tenebroso.
No seas caprichosa, no amenaces, no toques,
no ataques el silencio mojado del bosque.

Puedes oír el respirar de vieja vida:
resbaladizas setas crecen en mojada hierba,
por dentro están comidas por parásitos y gusanos,
pero la piel sigue siendo viva y picante.

Todo nuestro pasado parece a la amenaza:
mira, cuidado, vuelvo en seguida, ¡te voy a matar!
El cielo se encoge, pero el arce lo mantiene, como una rosa,
que queme más fuerte, que pique en los ojos.


Vida, vida

1

No creo en el presentir, ni temo a las señales.
No huyo del veneno, ni de la calumnia.
En este mundo no hay muerte.
Todos son inmortales, todo es inmortal.
No temas a la muerte ni a los diecisiete, ni a los setenta.
Existe sólo la luz y la realidad.
No hay ni la oscuridad, ni la muerte en este mundo.
Estamos todos en la costa del mar.
Yo soy de los que van sacando redes
repletas, llenas de inmortalidad.

2

Morad en su casa para que no se derrumbe.
Puedo invocar un siglo cualquiera,
voy a entrar en él para construir una casa.
Es por eso que sus hijos y mujeres están conmigo
en la misma mesa y la mesa es del bisabuelo y del nieto.
El futuro se realiza hoy,
y si levanto ahora mi mano
los cinco rayos con ustedes quedarán.
Cada día del pasado fue entibado
a fuerza de mis clavículas y hombros.
Medí el tiempo con una cadena del agrimensor
y lo atravesé como si fuesen los Urales.

3

Elegí el siglo a mi altura.
Fuimos al sur, levantando polvaredas sobre la estepa;
las hierbas malas humeaban, el saltamontes retozaba,
tocando las herraduras con su bigote y profetizaba,
y, como monje, me amenazaba con la muerte.
Até mi destino a la silla de montar,
también hoy, en tiempos venideros,
me levanto cual niño en los estribos.

Me basta con mi inmortalidad,
para que mi sangre fluya de siglo en siglo.
Por un rincón fiel del calor bien conservado
pagaría con mi vida obstinada,
mas su aguja voladiza
me lleva por el mundo, como el hilo de Ariadna.


En medio del mundo

Soy hombre, horno sur en medio del mundo,
miríadas de infusorios están detrás de mí,
miríadas de estrellas están enfrente.
Y yo, postrado a todo lo largo, entre ellas,
como el mar, que une dos costas lejanas,
como el puente que junta dos espacios infinitos.

Soy Néstor, cronista mesozoico,
soy Jeremías de los tiempos a venir.
Están entre mis manos reloj y calendario,
me hallo involucrado, como Rusia, en un futuro devenir
y como un pobre zar maldigo el pasado.

De la muerte sé mucho más que los difuntos,
de lo vivo, lo más vivo soy.
¡Dios mío! Una mariposa cualquiera,
cual una niña, de mí se ríe,
cual una tira dorada de seda.


Poemas sin título

***

El hombre tiene un cuerpo,
cual una celda.
Cansada el alma está
de su íntegra envoltura
con orejas y ojos,
como monedas,
y piel con cicatrices
que cubre la osamenta.
Por la córnea vuela
a la fuente del cielo,
al radio de hielo,
al carruaje del ave.
Y oye por las rejas
de su viviente cárcel
la carraca del campo,
la trompa de los mares.
El alma es sin cuerpo,
como cuerpo sin camisa,
no hay labor ni intento,
ni verso ni concepto.
Adivinanza vana:
¿Quién irá a bailar
a aquella misma plaza
donde nadie está?
Y sueño otra Alma
vestida de otra forma:
arde y corre, tímida,
en busca de esperanza.
Se quema y sin sombra
se aleja por la tierra,
un racimo de lilas
dejando de recuerdo.
No te lamentes, niño,
de la pobre Eurídice.
Empuña el palo y corre
tras el aro de cobre
mientras tus oídos capten,
ora alegres, ora secos,
de tus pasos los ecos
que repite la tierra.


***

No creo en los presentimientos, ni temo
a los agüeros. Acepto el veneno,
la calumnia. No existe la muerte,
la vida es eterna. No hay que temer
a la muerte ni a los diecisiete,
ni a los setenta. Sólo hay vida y luz,
ni oscuridad, ni muerte hay en este mundo.
todos estamos a la orilla del mar
y soy de los que eligen la red
cuando la eternidad pasa de largo.


***

Soñé esto alguna vez, lo sueño ahora,
sé que lo volveré a soñar de nuevo,
todo se repetirá, todo reencarnará,
y usted soñará todo lo que yo soñé.
allá, lejos de nosotros, lejos del mundo,
la ola una y otra vez golpea la orilla
y en ella hay estrellas, personas, pájaros,
realidad, sueño y muerte… en la ola eterna.
No necesito fechas: fui, soy y seré,
la vida es el mayor de los milagros.
Solo, como un huérfano, en él yo vivo.
Solo, entre espejos, cercado por reflejos
de mares y ciudades, vivo en la embriaguez.
Y la madre llorando toma al niño en el regazo.


***

Te esperé desde el alba,
se dieron cuenta que ya no vendrías
¿Te acuerdas que tiempo tuvimos?
Fue una fiesta. Yo salí sin abrigo.
Llegaste hoy y nos han preparado
un día singularmente sombrío,
la lluvia y una particular hora tardía.
Y corren las gotas por las ramas heladas
que ni las palabras podrían frenar,
ni secar siquiera un pañuelo.


***

Como hace cuarenta años,
palpitaciones y ruidos
de pasos, una casa y un jardín,
una vela, la mirada miope,
que no exige ni juramento,
ni caución. Bullicio en la ciudad.
Amanece. Llueve y una oscura
y la empapada vid silvestre
se enrolla a la pared, huérfana,
como hace cuarenta años.


***

En el último mes del otoño,
al final
de la amarga vida,
colmado de tristeza,
yo entré
a un bosque sin nombre y sin hojas.
lo cubría por completo
el blanco cristal
lechoso de la niebla.
Por las ramas claras
lágrimas limpias caían
como de árboles que lloran en la víspera
de este invierno vacío de color.
Y ahí sucedió un milagro:
al atardecer
el azul brilló en las nubes
y un rayo vivo, como en junio, atravesó
desde los días futuros mi pasado.
Y lloraron los árboles la víspera
del trabajo noble y la abundancia,
de la ventisca alegre que aletea en el azul.
Los pájaros guiaban la ronda,
como las manos que por el teclado
urdían los acordes más sublimes.


***

Soy una sombra, de aquellas sombras que una vez
al beber el agua terrestre, no han calmado la sed
y vuelven a su camino pedregoso,
alternando los sueños de los vivos, para tomar un
trago de agua viva.

Como la primera barca del vientre del océano,
como un cántaro sacrificial emerge de un túmulo,
así alcanzaré los escalones
donde me aguardará tu sombra viva.

¿Y si es un engaño, y si es un cuento,
y no es una cara, sino una máscara de yeso
que nos observa desde el centro de la Tierra
con sus ojos de duras piedras y sin lágrimas?

jueves, 17 de febrero de 2011

Magdiel Midence, miembro de Máscara Suelta, en el VII encuentro iberoamericano de poesía

Realizan el séptimo encuentro iberoamericano de Poesía

Este jueves 17 de febrero los poetas de Iberoamérica harán una lectura colectiva en el Mercado José María Pino Suárez y participarán en la lectura de las novelas de la tabasqueña Josefina Vicens

En la cuarta jornada del Séptimo Encuentro Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer que se realiza en Tabasco, este jueves 17 de febrero se realizará una lectura colectiva en el Mercado Público José María Pino Suárez y habrá un maratón de lectura de las novelas de la escritora tabasqueña Josefina Vicens, al conmemorarse este 2011 el centenario de su natalicio. La entrada a es libre.

La actividad dará inicio de las 10:00 horas con el taller de poesía a cargo del escritor paraguayo Jacobo Rauskin en la nueva Escuela de Poesía Nuestra América en la Casa Mora, Casa del Escritor en la zona Cicom de la ciudad.

A la misma hora, todos los poetas de Iberoamérica que participan en este encuentro visitarán el Mercado Público José María Pino Suárez donde realizarán la lectura colectiva denominada “Mercando poesía”. De igual forma, en el mismo centro de abasto, habrá un puesto del Instituto Estatal de Cultura donde el público podrá adquirir libros por kilo a precios muy accesibles.

A las 11:00 horas en el auditorio de la Biblioteca Pública José María Pino Suárez dará inicio un recital poético a cargo del Circulo de lectura y escritura creativa para personas con ceguera y baja visión en sistema Braille.

En ese mismo recinto cultural pero en el espacio del claustro, a las 11:30 horas dará inicio el Maratón de lectura de las novelas “El libro vacío” y “Los años falsos” de la escritora tabasqueña Josefina Vicens.

A la misma hora pero en el auditorio de la Biblioteca José María Pino Suárez dará inicio la presentación del libro “Poesía Latinoamericana hoy” de Roberto Arizmendi con la participación de los poetas Jacobo Rauskin y Álvaro Solís.

A las 12:00 horas se realizará la Mesa de lectura 5 con los poetas: Rei Berroa (República Dominicana); Ignacio Martín (España); Mariana Hernández Jalil (Veracruz) y los tabasqueños Álvaro Solís y Agenor González Valencia.

A las 13:00 horas será la Mesa de lectura 6 con las lecturas de Waldo Leyva (Cuba); Jacobo Rauskin (Paraguay); Hazzel Yen (Durango); Juan Miguel Pérez Gómez (Tamaulipas) y los tabasqueños Jorge Lezama Suárez y Gladys Fuentes Milla, en el auditorio de la Biblioteca José María Pino Suárez.

Por la tarde, a partir de las 18:00 horas se realizará el Meridiano de la poesía 3 en las esquina de las calles Lerdo y Sáenz, en el centro histórico de Villahermosa con las lecturas de Graciela Aráoz (Argentina); José María Memet (Chile); Benjamín Chávez (Bolivia); Jairo Guzmán (Colombia) y los tabasqueños Dionicio Morales y Diana Juárez.

A la misma hora pero el auditorio de la Biblioteca José María Pino Suárez será la Mesa de lectura 7 con los poetas: María Ángeles Pérez López (España); Damsi Figueroa (Chile); Moisés Ávila Ortega (Aguascalientes); Argentina Casanova (Campeche) y los autores locales Beatriz Pérez Pereda y Edmundo Juárez.

A las 19:00 horas, en la esquina de las calles Lerdo y Sáenz en el centro de la ciudad continúa el Meridiano de la poesía 4 con Magdiel Midence (Honduras); Ignacio Martín (España); Ernestina Yepiz (Sinaloa); Cinthya Rodríguez Leyja (Tamaulipas); Jorge Salmón Ríos (Zacatecas) y Gerardo del Río (Zacatecas).

A la misma hora pero en auditorio de la Biblioteca José María Pino Suárez dará inicio la Mesa de lectura 8 con Juan Manuel Rodríguez Tobal (España); Vilma Reyes (Puerto Rico); Marco Antonio Rodríguez (Yucatán) y los tabasqueños Kary Cerda y Mario De Lille.

Culmina esta cuarta jornada poética a las 20:00 horas con la presentación del libro “Pequeñas cuerdas en el estanque de los trampantojos” de Isidoro Villator a cargo del escritor Jaime Ruiz.

El VII Encuentro Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer Cámara organizado por el Gobierno del Estado de Tabasco a través del Instituto Estatal de Cultura (IEC) se realiza del 14 al 19 de febrero en diversas sedes de los 17 municipios de Tabasco y participan 74 poetas de México, América Latina y España. La entrada a todos los eventos es libre.


México / Tabasco

miércoles, 26 de enero de 2011

Darwin Rodríguez (1986-2011)

Darwin Rodríguez murió esta madrugada. Estudiante de filosofía, poeta, pintor, fotógrafo y artista contemporáneo; publicó sus poemas en la Antología Caballo Verde del Taller literario Edilberto Cardona Bulnes, ganó el primer lugar del concurso de fotografía de la UNAH, diversos lugares y menciones honoríficas en los concursos de pintura de esa misma institución. Durante los últimos años se había dedicado a realizar obras de arte contemporáneo, participó en el Taller TACON, además de haber sido seleccionado, junto Ian Díaz, para participar representando a Honduras en el taller de arte contemporáneo a nivel centroamericano que tuvo lugar en Managua, Nicaragua.

Para decirlo en unas líneas más personales, todos los miembros del grupo literario Máscara Suelta pertenecimos al taller Cardona Bulnes y allí conocimos a Darwin, que por aquel entonces estudiaba la carrera de inglés; además guardamos un cariño por él o, aunque mediaran problemas personales, restaba como mínimo el respeto por su trabajo y el recuerdo grato de los días de compañerismo. Él mismo escribió sus breves líneas de presentación, como breve fue su vida, para la antología del taller: “Darwin A. Rodríguez Méndez: Nació en 1986, estudiante de lenguas extranjeras en la U.N.A.H. Fotógrafo y amante de la pintura”. Estos son algunos de los poemas que fueron publicados en esa ocasión:


Cámara

-A Sarah.

Mi cámara quiere irse
me obliga a ponerle rollo
de lunes a jueves.

Se oculta para verte
sigilosamente
se mete en tu risa,
fuma vida cuando te siente,
se roba tus ganas.

Abre su boca
para tragarte,
te guarda en su álbum de sueño anónimos
donde vive la mujer y sueña la madre.


Kilómetros

Ácidos kilómetros recorro,
exceso de rostros
en mi equipaje llevo.

No viajo solo,
en cada canción,
en cada dolor
en cada gota de sudor
me acompañan sueños de libertad.

Todo resto de locura
que encuentro tirado
se convierte en mi dosis
de existencia,
luego la convierto en música.

Entre
cámaras, pinceles
continúo hurtando momentos,
lápiz, papel
gotas de valor suavizan el destino,
violines y collares
piedras y fuego
esperan ser encontrados.

El viaje es largo,
me llama, yo lo sigo


Te busco

Te busco
en calles eufóricas
juego con la melancolía
la soledad me aconseja.

Te busco
mi espíritu olvida,
caminante que grita cuando cierra la boca.

Observo tus huellas
platicamos, me besan,
las abrazo y se meten en mi piel,
por las tardes ríen a mi lado
les digo que
quiero ser libre mientras te recuerdo.