domingo, 7 de noviembre de 2010
Presentación del libro "Autorretrato de un payaso adolescente" de Magdiel Midence
miércoles, 25 de agosto de 2010
Crónicas de Río de Janeiro: Sobre la obra de Manuel Bandeira y la panorámica de las costumbres cariocas
Dichas estas palabras, demos inicio entonces:
SOBRE LA OBRA DE MANUEL BANDEIRA Y LA PANORÁMICA DE LAS COSTUMBRES CARIOCAS
O ULTIMO POEMA
Assim eu quereria meu último poema
Que fosse terno dizendo as coisas mais simples e menos intencionais
Que fosse ardente como um soluço sem lágrimas
Que tivesse a beleza das flores quase sem perfume
A pureza da chama em que se consomem os diamantes mais límpidos
A paixão dos suicidas que se matam sem explicação (*)
-Manuel Bandeira
En la literatura, como en las demás cosas de la vida existe aquello de los gustos diferenciados según nuestros intereses y nuestras posibilidades. Por ello, para empezar una serie de crónicas sobre el Brasil y mas generalmente sobre Río de Janeiro, no encuentro mejor motivo que escribir una crónica sobre -el hombre de las “Crónicas Inéditas”- Manuel Bandeira, por motivos de sobra justificantes, entre otros por la exquisitez de su escritura, por su sapiencia “borgeana”-me concedo la licencia de introducir el neologismo- en la manera de transmitir ideas y exponer pensamientos fuera de afiliaciones políticas o religiosas.
Resulta que el poeta Bandeira nació un 19 de Abril de 1886 en Recife, en 1890 su familia se muda para Rio de Janeiro y regresan a su ciudad natal en 1892 (justamente el año en el cual nuestro Juan Ramón Molina realiza su visita a esta ciudad y escribe su “Salutación a los poetas brasileiros” pero esto, será motivo de alguna otra crónica que involucra a Carlos Drummond de Andrade y otros tantos), comienza escribiendo poesía, del mismo modo en que la flor cae y el agua fluye siguiendo la pendiente, dirían algunos escritores al referirse a la naturalidad con la que algunos realizan creaciones poéticas en sus inicios para luego adentrarse profundamente en las vastas regiones de la corteza literaria, escribiendo las crónicas y críticas que lo han hecho famoso. Con motivo de internarse en el sanatório de Clavadel para tratarse de la tuberculosis, viaja a Suiza donde conoce -en tal sanatorio- al senor Paul Eugène Grindel, que después tomaría el seudónimo de Paul Éluard, y a la famosa musa Gala, futura esposa de Éluard y, más tarde, de Salvador Dalí. Regresa a Rio de Janeiro, buscando un clima agradable para sobrellevar su enfermedad y que mejor escogencia para la vida que la Avenida Nossa Senhora de Copacabana en el Barrio de Copacabana (justamente a una cuadra de la Avenida Barata Ribeiro, donde en la actualidad resido), a escasos metros de la playa, el viento marino, el sol y los exuberantes cuerpos de las mujeres cariocas que en ese entonces, como en la actualidad, pasaban en traje de baño camino del mar. Así instalado, se dedica a observar. Es justamente mediante la observación como se perciben las cosas que para el común de la gente pasan desapercibidas o no consiguen explicarse.
Manuel Bandeira supo extraer la esencia del pueblo carioca y del Brasil entero; su alegría, el origen de sus tristezas, de los mitos, creencias, las carencias de un pueblo recién salido de la esclavitud, las diferencias aún existentes tanto en las tonalidades de la piel como en los tonos del trato colectivo. Para el lector desprevenido o el lector atento las sorpresas no hacen falta, para lecturas superficiales y hasta jocosas como “PNEUMATÓRAX” o lecturas profundas y que exigen al lector un mayor nivel de abstracción como en sus críticas sobre filósofos o escritores al estilo de Marcel Proust, la satisfacción y deleite en la lectura está garantizada.
Del mismo modo con que Tarkovsky definía el cine como el arte de esculpir el tiempo, Bandeira supo esculpir su tiempo, el de Brasil entero y el mundo en general, con una visión punzante y su lapicero todólogo que ora escribía sobre las costumbres del negro en el carnaval, con descripciones tan coloridas que se tiene la impresión de estar allí, de la picardía del Brasileiro en la resolución de ciertos desafíos (lo que en nuestro buen cristiano significaría “maña”), ora dictaba una cátedra sobre pintura norteamericana contemporánea, realizaba una entrevista con el pensador del momento en Río de Janeiro o redactaba un artículo sobre Hai-Kais (Haikú), la obra de Machado de Assís, el teatro francés, los mas bellos cuentos brasileños o la poesia europea; lo que no faltaba eran ideas, del mismo modo no podían faltar sus reseñas sobre los mas variados libros publicados o impresiones sobre la actualidad editorial carioca.
Manuel Bandeira se convirtió talvez sin quererlo en aquello que reseñaba, supo mimetizarse en la piel y en el aire carioca de un modo tal que lo escrito en sus artículos se refleja en nuestras imaginaciones como la navaja en el ojo de "Un Chien andalou" y nos aferra a esa pequeña ancla que nos mantiene unidos al suelo, para no perdernos entre el fuerte oleaje de la confusión y la bruma intelectual que abunda por los caminos de la tierra. Él mostró que el comportamiento de la raza humana es casi el mismo, dejando de lado el contexto, pero el espíritu carioca también es uno solo, único, no hay en el mundo un pueblo mas alegre y festivo que el de Rio de Janeiro y de todo Brasil, donde una festividad religiosa es celebrada todo el mes de Febrero desencadenando la última semana en los 7 días más alocados y desenfrenados que mente alguna pueda imaginar: el famoso “Carnaval de Rio de Janeiro”, una especie de desahogo mental y espiritual de un pueblo que no concibe una semana sin cerveza ni fiesta de Samba o Pagode y Churrasco, una muestra pequena del espíritu de alegría de este pueblo conformado en su mayoría por negros y mulatos descendientes directos de esclavos africanos explotados en las minas de diamantes y caña de azúcar por conquistadores portugueses; que usaron la danza “Capoeira” - hasta en eso de hacer la guerra los brasileños son festivos- para luchar contra los esclavizadores y lograr la libertad, para ellos y para las generaciones venideras. Pero eso sí, de la mano de Dios y de los Orishâs, el Candomblé, la Macumba, Umbandá y Espiritismo.
El día 13 de Octubre de 1968 muere el poeta Manuel Bandeira y con él su pluma de oro, pero su obra y su particular visión del mundo, o del arte, que es lo mismo, quedan con nosotros, los recolectores de pensamientos, los que contemplamos extasiados la caída de una hoja, una puesta de sol, un perro siguiendo a su cola o un poema de Nazim Hikmet sobre la ebriedad.
Las costumbres de un pueblo inmenso como el Brasil serían motivo de libros y libros, por lo tanto voy a parar aquí, contentándome con haber escrito una crónica sobre el autor de crónicas más famoso de Brasil y en general, por haber introducido una visión personal de las costumbres cariocas y Brasileiras, dejando para después el tratamiento más detallado de temas que hoy aparecieron de manera dispersa, valiéndome de la vida y obra de escritores y personajes representativos que supieron plasmar su huella en esta “Cidade Maravilhosa”, para ofrecer un panorama más amplio del pasado y presente de una de las ciudades más turísticas del mundo y sus singulares personas.
RIO DE JANEIRO 24 DE AGOSTO DE 2010
(*)
EL ÚLTIMO POEMA
Así quisiera mi último poema
que fuese tierno diciendo las cosas más simples y menos intencionales
que fuese ardiente como sollozo sin lágrimas
que tuviese la belleza de las flores sin perfume
la pureza de la llama en que se consumen los diamantes mas límpidos
la pasión de los suicidas que se matan sin explicación.
+Traducción al espanol con el perdón del autor.
lunes, 12 de julio de 2010
16 de julio
sábado, 26 de junio de 2010
Nelson Merren
Pétreo soñar. Anémona de gozo.
salida de la luz en duro duelo.
Ciego soñar. Un áncora en el pozo
que no busca el rielar de ningún cielo.
Boca sin voz, pupilas con invierno
y un cuágulo de sombra cercenada.
Nepente de lo fuerte y de lo tierno.
Distancia sin geranio y sin albada.
Ciego cristal de ausente lejanía
derrotando la risa y la agonía
con su fulgor de piedra sumergido.
Pórtico de la sombra. Ensimismado,
inmemorial estanque silenciado.
Y olvido siempre. Para siempre olvido.
Sabor a sombra
He tomado parte en sesudas discusiones
sobre si la poesía política
tiene derecho a llamarse poesía
y comido anca e rana y horrorosos percebes
y panes con miel y tortas ácimas
y visto salir el sol y recordar ese instante
que los poetas lo han llamado el ojo del día
y dorado emperador
y leído deliciosas y cretinas novelas pornográficas
y dramas en que la virtud es recompensada
y me he aburrido de tanto día soleado
y añorado los de lluvia
y tenido diez días seguidos de lluvia
y añorado los soleados
y hecho cosas indecentes en ciertos parques
y visto caer la noche y tratado de crear una frase nueva
y viajado en auto y en ferrocarril
y comido duraznos y humildes bananos
y dicho: en cuanto lea todo los del socialismo
podré morirme en paz
y olvidado de todo con unos vasos de vino
y bañado desnudo en los ríos como un polinesio
y dicho: en cuanto vea todas las películas
de esa famosa actriz podré morirme en paz
y viajado en distintos tipos de aviones
y dicho: ¡La inventiva del hombre blanco!
y he quebrado los espejos adrede
y tratado de olvidarme de los días amargos
y dicho: en cuanto pruebe todos los cócteles
podré morirme en paz
y sostenido sin creerlo que los hombres fuertes
tienen poco seso
y lavado mi cuerpo con jabón perfumado
y pisado inmundicias en callejones oscuros
y comprobado que en china el blanco es color de luto
y echado de mi cabeza a escobazos los días amargos
y extasiado con los nombres de las estrellas
Altair Vega Sirio Benatsnach Zubeneschamali
y dicho: ¡que vida tan rica la mía!
y sonreído de niños descalzos y de vientre hincadas
que se llaman Cesar Augusto
y visto que soy prácticamente igual a los chinos
y a los negros
y escrito con plumas de ganso
solo por curiosidad
y examinado mi espalda y aun más abajo
en un gran espejo
y examinado mis ojos en un espejo
y visto algo en ellos infinitamente doloroso
y recordado toda mi vida
y visto que no hay nada como el éxtasis negro
de la muerte
y sentado en parques, bajo el viento helado
esperando que llegue
y deseado siempre, con cada latido de mi corazón
la paz que no termina.
Carpe Diem
Hay días
como una calle entre solares baldíos,
pavimentada y sólo
basuras y maleza a los lados.
Días en que el café y el pan
suben a yeso, a furia seca, a estafa,
ya dispuestos y lanzados desde el periódico
con su político yankee
deteniendo el cortejo
para besar a una niñita birmana
o maternalmente calculando votos
mientras acaricia a un negrito en Harlem.
El jugo de naranja como purga
mientras sonríe con sus quince abriles
una gentil culta filósofa etcétera
damita qué asco
y más allá está el Papa declarando
con perspicacia aturullante
que la situación del mundo es grave.
Atravesar la calle con cuidado
por moderno atavismo,
el mismo gordo vendedor de frutas
con su falsete por lo visto patentado
el vendedor de lotería como una mariposa plañidera
ejercitando su ingenua demagogia
y en la esquina, ya con ojos de camello,
ver otra vez que el Papa
ha prometido orar por las víctimas
del terremoto de Turquía,
y las ganas terribles de gritar ¡Mierda todo!
hasta que se nos sosieguen las y los dientes.
Días como una carretera
bajo el sol, recta, vacía, interminable.
Pasando
Bajo altos edificios
en las aceras
en la algarabía de tomates y repollos
de los mercados
en los elevadores y tranvías
cruzando puentes
contestando a gritos
discutiendo a gritos
sintiendo en la garganta y en los sesos
el aguardiente de una cólera terrible,
leyendo diarios o revistas
en consultorios pintados de blanco,
por todos lados, a donde vaya
aquí, allá, siempre he tenido,
tengo en los ojos ante mí
ese color de cuernos negros,
tengo en la boca, siempre,
ese sabor a exilio.
Al comando israelí que lloró junto al muro de las lamentaciones
Lloras y eres hombre, y ese nudo
toca mi corazón y lo desgarra.
Los diez y nueve siglos de camino
fueron piedras con oro y ululato.
Ya casi lo olvidabas. Y ese muro
puso en tu pecho su tremendo dedo.
Ay Isarael! Tus ojos desquiciados
de nuevo irguieron sus terribles tallos,
y tus guiñapos y la fe de siglos
hablaron tumultuosos al soldado.
Llora soldado, que es viril y digno
tu dulce y amargo llanto de victoria.
Mis bichos: La avispa
martes, 1 de junio de 2010
Presentación del libro "Poemas de infierno" de Magdiel Midence
Hora: 6:30 p.m.
jueves, 27 de mayo de 2010
El blog ¿Todavía vivo?
jueves, 28 de enero de 2010
Hoy, Ludwing Varela en lectura grupal organizada por Café Paradiso
Ludwing Varela fue integrante del taller de literatura Edilberto Cardona Bulnes en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, ha partcipado en diversos eventos culturales y encuentros, actualmente es estudiante de la carrera de letras e integrante del grupo literario Máscara Suelta y el año 2009 fue galardonado con el primer lugar en el concurso de fotografía de la UNAH.
jueves, 21 de enero de 2010
Poetas de Máscara Suelta en México
Señoras y Señores (si es que alguien lee este blog, ja,ja,ja,ja. Es broma) he aquí algunas fotografías de nuestro viaje a México:Ella es Graciela Caprarulo, poeta de Argentina y nuestra preciosa tía (de mentolinas), en ese momento estábamos en Casa Azul; La casa de Frida Kahlo.
Ese día compramos un libro de Bukowski, J.M. Barrie y una agenda literaria de Edgar Allan Poe, en las librerias de Coyohuacán.
En la foto de arriba se ve la grabación de la película de los cien años de la revolución mexicana y alli fue donde nuestro amigo Jhunior conoció a Gael García Bernal.
Ahora uno de los artículos que pueden encontrar en la red sobre el festival:
Literatura
Realizan festival latinoamericano de poesía en la UT de San Juan
lunes 7 de diciembre de 2009, actualizado
De izquierda derecha: Manolo, Oscar, Graciela, Dlia, Magdiel y federico.
San Juan del Río, 7 Dic 09.- La Universidad Tecnológica de San Juan del Río, fue sede del quinto festival latinoamericano de poesía 2009, que contó con la presencia de Federico Corral Vallejo, poeta ganador de los pasados juegos florales de este municipio, quien recientemente fue reconocido por Asociación de poetas latinoamericanos de Perú con la medalla “José Saramago”.
Este festival se realiza cada año durante los meses de marzo y abril, sin embargo fue pospuesto debido a la contingencia sanitaria por el virus de Influenza A H1N1 y ante su probable cancelación, el poeta Federico Corral se dio a la tarea de reunir la inspiración de América Latina, con el propósito de poderlo llevar a cabo.
De esta manera, se contó con la presencia de los poetas Leonardo Padrón de Venezuela, Dlia Hadaza Mc Donald, de Costa Rica, Magdiel Midence, de Honduras, así como de Oscar Wong y Federico Corral Vallejo, de México y como invitado especial al también mexicano Manolo Mugica.
Durante el festival, los poetas leyeron algunas de sus obras, para deleitar así a los asistentes quienes fueron testigos de un encuentro de letras, en donde los sentimientos y la imaginación estuvieron a flor de piel.
Los textos abordaron temas diversos, en donde cada autor imprimió arte e inspiración de la cultura latinoamericana.
Posterior a la lectura, los poetas recibieron un reconocimiento por parte de la Universidad Tecnológica de San Juan del Río, mientras que en agradecimiento obsequiaron a esta institución la obra impresa de la memoria del quinto Festival Latinoamericano de Poesía 2009, en la que también participan los poetas Dionisio Morales, Carmen Alarden y Gustavo Enrique Orozco, todos de México, así como la cubana Lina Feria.
Diario Rotativo de Querétaro